El impacto en el aprendizaje
En lo relativo a la educación de los más pequeños, destacan también otros elementos. "Una buena alimentación es fundamental para un buen desarrollo y crecimiento de un hijo. También para su aprendizaje. Su vida depende de ello. Sabemos que los niños aprenden repitiendo modelos que observan y a comer también se aprende, así que ser un buen ejemplo de alimentación sana es fundamental", explica Mónica González, psicopedagoga y ‘coach’ infantil.
La también integrante de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía pone de manifiesto su importancia para lograr un aprendizaje exitoso y tener un buen estado de ánimo. Asimismo, apuesta por la planificación para mejorar en este sentido: "Una de las herramientas que más promuevo en mi gabinete es la organización anticipada de los menús familiares. Creo que es lo mejor para planificar cada semana las comidas y valorar así que se coma variado y nutritivo. Otra buena medida es la paciencia, pues las cosas no se aprenden de un día para otro. A los niños desde bien pequeños hay que enseñarles a probar de todo, y porque hoy no coman unas judías blancas no significa que en dos meses no puedan hacerlo".
Levantarse enseguida de la cama, prepararse para salir de casa hacia el colegio de manera alegre, dormir bien, tener ganas de hacer actividades e incluso de hacer los deberes son algunos de los efectos que causa el seguimiento de unos hábitos saludables en materia de nutrición en los más pequeños.
Además, la profesional señala que los centros escolares deberían impulsar más esta materia. "Llevo años deseando que en las aulas de las universidades de magisterio, medicina y otras titulaciones se den asignaturas y talleres que nos recuerden qué forma parte de una buena alimentación, pues cuando estos alumnos salgan a su campo laboral será el mensaje que lleven también a sus vidas. Desde el ámbito escolar se debería estar más encima de una buena educación alimentaria, también sobre lo que bebemos, pues muchos niños no beben agua y hay espacios donde no se les permite tomarla, cuando se sabe que el cerebro necesita estar hidratado en condiciones para su mayor rendimiento. Así que ofrecer buena información es básico", sostiene.
Por último, González subraya la utilidad de involucrar a los niños en las tareas del hogar. "Todo lo que sea implicarles en nuestras vidas les hará sentir mejor, pues sentirán que se cuenta con ellos. Muchas rabietas y frustraciones de niños y adolescentes se dan porque se hacen planes sin tenerles en cuenta. Un buen ejercicio para ayudarles a no ser tan impulsivos es seguir una receta de cocina, pues aprenden que las cosas se hacen poco a poco y todos los pasos son importantes", concluye.