Demasiada preocupación, miedo, inseguridad, en ocasiones palpitaciones, sudoración, te cuesta dormir y luego no puedes levantarte por la mañana... ¿Sabías que existe un estrés bueno y un estrés malo? El estrés es una respuesta que dan tu cuerpo y tu mente ante una situación. Está el estrés que te ayuda, el que te salva la vida. Y el que te hunde si le dejas. Aquel que, cuando percibes mucha exigencia, te agobia porque sientes que no tienes recursos para afrontar lo que se te pide. Cuando dices que no llegas o que no puedes más.
En principio el estrés no es algo malo que haya que evitar, porque te ayuda a reaccionar y hacer algo en beneficio para ti. Ayuda a superar retos, momentos aburridos, incluso los feos. Por ejemplo: ¿quieres pasar de curso y disfrutar del verano sin estudiar? Entonces te organizas para repasar materiales cada día y estudiar para aprobar, etc. El estrés que te mueve para hacer algo, es un estrés bueno.